Trump dice estar abierto a acuerdo sobre atención médica, pero el gobierno debe reabrir primero

Publicado: 7 oct 2025, 10:36 GMT-5|Actualizado: hace 2 horas
Envíe Este Enlace Por Correo Electrónico
Compartir en Pinterest
Compartir en LinkedIn

WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump abrió ligeramente la puerta a negociaciones con los demócratas sobre los subsidios de atención médica en torno a los cuales ha girado la disputa sobre el cierre del gobierno, sólo para cerrarla abruptamente poco más tarde el lunes, dejando nuevamente a ambas partes en un impasse aparentemente intratable.

Los demócratas están condicionando su apoyo a una solución de financiamiento a corto plazo a la extensión de los subsidios de salud que reducen el costo de los planes establecidos en la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, conocida comúnmente como Obamacare.

“En estos momentos estamos en una negociación con los demócratas que podría llevar a cosas muy buenas”, declaró Trump. “Y estoy hablando de cosas buenas con respecto a la atención médica”.

Los comentarios de Trump fueron uno de los pocos signos de esperanza el lunes mientras el cierre del gobierno se extendía a su sexto día. Las negociaciones entre las dos partes han sido prácticamente inexistentes desde el inicio del cierre, a pesar de su impacto en los servicios federales.

Pero poco más tarde, Trump recurrió a su plataforma de redes sociales para reforzar lo que la cúpula republicana en el Congreso ha estado diciendo: El cierre de gobierno debe terminar. Y las labores para extender los créditos fiscales mejorados para el seguro de salud se llevarían a cabo por separado.

“Con gusto trabajaré con los demócratas en sus políticas de salud fallidas, o en cualquier otra cosa, pero primero deben permitir que nuestro gobierno reabra. ¡De hecho, deben abrir nuestro gobierno esta misma noche!”, escribió Trump.

Antes de que Trump se retractara de sus declaraciones, los dos líderes demócratas en el Congreso, el senador Chuck Schumer y el representante Hakeem Jeffries, negaron que haya negociaciones con Trump. Jeffries dijo que la Casa Blanca “ha guardado silencio” desde la reunión en el Despacho Oval de la semana pasada.

“La afirmación de Trump no es cierta, pero si finalmente está dispuesto a trabajar con los demócratas, estaremos en la mesa”, aseguró Schumer.

El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, dijo a los periodistas que “puede haber un camino a seguir” en los subsidios de Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, pero enfatizó: “Creo que mucho dependerá de dónde se sitúe la Casa Blanca en todo eso”.

Más votaciones infructuosas en el Senado

Los comentarios del presidente se produjeron poco antes de que el Senado realizara otro par de votaciones infructuosas el lunes sobre la financiación del gobierno federal. Ninguna de las propuestas, ni la republicana ni la demócrata, se acercaron a obtener los 60 votos necesarios para avanzar.

Ambos partidos utilizaron gran parte del día para aumentar la presión sobre el otro para poner fin al estancamiento.

Thune dijo que un programa de ayuda alimentaria para mujeres, bebés y niños estaba comenzando a quedarse sin fondos, de lo cual culpó a los demócratas y aseguró que “ahora es el pueblo estadounidense el que está sufriendo las consecuencias”.

Schumer dijo que su bando estaba listo para trabajar con los republicanos para “reabrir el gobierno y poner fin a la crisis de atención médica que enfrentan decenas de millones de estadounidenses”.

“Pero se necesitan dos partes para una negociación”, declaró Schumer.

Horas antes, ambas partes se atrincheraron. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo que “no hay nada que negociar”, mientras que Jeffries declaró que “ahora es el momento” para llegar a un acuerdo sobre la atención médica.

Johnson, republicano, dijo el lunes a los periodistas que podían dejar de preguntar por qué no estaba negociando el fin del impasse y que dependía de un puñado de demócratas “detener la locura” y aprobar una iniciativa provisional de gastos que ya recibió el visto bueno de la Cámara de Representantes.

“Hicimos el trabajo para mantener el gobierno abierto, y ahora depende de los demócratas del Senado”, subrayó Johnson.

No se tiene previsto que la Cámara de Representantes celebre sesiones esta semana, lo que centra la atención en el Senado para que tome la iniciativa en cualquier acuerdo en el Congreso, de mayoría republicana. Sin embargo, incluso con la ausencia de los representantes, los líderes republicanos y demócratas han organizado conferencia casi a diario para plantear sus argumentos y tratar de culpar a la otra parte por el cierre.

Agitación económica

El estancamiento se produce en un momento de preocupante incertidumbre económica. Aunque la economía de Estados Unidos ha seguido creciendo este año, las contrataciones han disminuido y la inflación sigue siendo elevada, toda vez que los impuestos de importación que ordenó Trump han creado una serie de afectaciones para las empresas y han mermado la confianza en su gobierno. Al mismo tiempo, hay un reconocimiento de que el déficit presupuestario anual de casi 2 billones de dólares es financieramente insostenible.

El gobierno de Trump considera el cierre como una oportunidad para ejercer un mayor poder sobre el presupuesto, y varios funcionarios han dicho que ahorrarán dinero al imponer recortes permanentes de empleos a miles de trabajadores del gobierno, una táctica que nunca antes se había utilizado.

Trump aparentemente había insinuado el domingo que los despidos ya estaban ocurriendo, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que el mandatario estaba hablando de ceses. En esa situación, los trabajadores no pueden presentarse a trabajar, pero regresarán a su trabajo y recibirán pago retroactivo una vez que termine el cierre. Leavitt aclaró que aún se tienen planeados despidos si el cierre continúa.

La posibilidad de despidos agrava una situación ya tensa en la que los legisladores de Washington han tenido problemas para encontrar un punto en común y construir confianza mutua. Los líderes de ambos partidos apuestan a que la opinión pública se ha inclinado a su favor, presionando al otro lado para que ceda.